Y otras herramientas para pensar mejor, resolver problemas y crear ideas, conceptos y productos.
Merodeando por aquí y por allá en el vasto mar del conocimiento en sus diversas formas y presentaciones, como poseedor que soy de una mente curiosa, me he topado con un concepto sumamente increíble y que me ha parecido además maravilloso: la mente colectiva.
Lo que más me maravilla es que -si el mundo piensa algo como yo- usualmente aprendimos que el pensamiento colectivo puede generar conductas peligrosas, razonamiento defectuoso y toda clase de resultados indeseables.
Si pensamos por ejemplo en las turbas enfurecidas o el comportamiento de imitación y obediencia ciega que exhibimos las personas en ciertas circunstancias, y que es respectivamente comparado con la forma cómo se entiende popularmente que los borregos u ovejas actúan. Es decir, ese comportamiento en que, un grupo de individuos, sólo se comportan como seguidores sin autonomía de pensamiento.
Está claro porqué, se ve negativamente el comportamiento colectivo en estas situaciones, sin embargo existen circunstancias, situaciones, condiciones en las que los grupos de personas producen un subproducto positivo, o bien resultados deseables.
Muchas de estas circunstancias son más obvias y generalizadas, omnipresentes o ubicuas, pero es interesante que otras tantas (generalmente) no son tan fácilmente identificables.
Por otro lado la idea contraria también tiene su popularidad y personas que argumentan justo que el monopolio de la sabiduría le pertenece a los grupos de personas o a las masas. Creo que quizá la más icónica forma de ejemplificar esto es el comportamiento de las personas al adoptar sin cuestionar las ideas, vocablos, prácticas y costumbres, etc., del grupo al que pertenecen.
Tenemos algunas evidencias de esto como por ejemplo, entre muchos otros, el experimento Milgram. O, incluso tenemos frases de la sabiduría popular como la de “él que con lobos anda a aullar aprende”.
O el consejo que un día escuché a una persona dar a un niño; “mijo cuando no sepas que hacer fíjate que están haciendo los demás, que piensan o hacia dónde van y ahí vete tu con ellos, ellos saben lo que hacen y si tantos lo están haciendo deben tener razón”.
En fin, sin hacer el debate entre estos dos grupos el enfoque de este artículo o filosofar acerca del tema, me resulta fascinante los planteamientos y evidencias que se han descubierto gracias a la experiencia y la labor de investigación, experimentación y documentación que los seres humanos han venido llevando a cabo y que yo me he enterado por los argumentos que nos presenta el libro “The wisdom of the crowds”.
Dónde no se toma un enfoque filosófico sino uno científico acerca del tema lo cual nos permite imaginar y considerar escenarios donde ambas ideas aparentemente contradictorias parecen convivir en diversas circunstancias reales y que pueden ser sujeto de nuestra observación, estudio y replicación.
Les recomiendo profunda y encarecidamente que revisen el libro que puede ser encontrado en diversas plataformas o editoriales.
Dos de las ideas más divertidas en increíbles que se pueden encontrar en el libro es acerca de la capacidad de un grupo en estimar con alta precisión ciertas cantidades, como el número de canicas o de unas monedas (el valor total ) en un jarro transparente. O como las noticias y la información de alto nivel acerca de un tópico puede hacernos tomar peores decisiones.